domingo, 22 de agosto de 2010

CARTA DE JORGELIECER PARA EL SOLITARIO DEL SOLAR



¿Vendes a crédito o al contado?


Salud, Fernando.

Sí en tu blog se pueden colgar avisos de alquiler de piezas, fotos de mascotas perdidas, proclamas independentistas, memoriales de agravios, panfletos subversivos, insultos al clero, sátiras perversas, caricaturescas viñetas, convocatorias a manifestaciones, avisos desclasificados, textos de contactos sexuales, invitaciones a cuatro bodas y a un funeral, no veo por qué razón, no puedas publicar las cartas que nunca envié.

Siempre han decidido los receptores. Que las han guardado debajo del colchón, en los pechos de mujeres amorosas, en el bolsillo de atrás (En caso de emergencia, hay que limpiarse el trasero), en las cajas de galletas con dibujos coloridos, en baúles, arcones, estanterías, armarios empotrados o simplemente utilizadas para hacer comentarios al margen.

Sí una carta mía produce alguna alegría, alergia, salpullido, en cualquier caso me doy por bien respondido. Aunque no tengas unos buenos pechos para atesorar las letras que te garrapatea este patoso, me da igual que las guardes en tu fuero interno, en tu muro virtual, en el baúl de tu abuelita o en las paredes de tu ciudad tomada por la inseguridad democrática.

Seguiré leyendo tus notas cachondas, inteligentes, leves ó lánguidas.

Tuyo,

El pato riloso.

sábado, 21 de agosto de 2010

DUDAS SOBRE EL TEXTO DEL HERMANO ANDRES


Por Jorge Eliecer Rueda

Sostiene Jiménez en la crónica del Hermano Andrés, que buscando la vida salvaje, se puede uno meter por cualquier desembocadura de río. Seguro que Fernando sufre los efectos colaterales de una guerra avisada, en un país que ocupa el segundo lugar en millones de desplazados por todo tipo de violencia, después del Sudan africano.

Sostiene Jiménez sin ruborizarse, que las gaviotas son indignas y mendigantes. Pienso que Manuel debe cantar como en los años sesenta: Qué culpa tiene el tomate, la lavandera Mercé, el muslito del pollo pollón, si de manera bochornosa vemos al abogado paisa, de estatura napoleónica, rogar por nosotros ante los gringos rubios, para que nos firmen las sobras de un tratado internacional, que coloca nuestra economía sostenible a merced de los tiburones financieros globalizados. Lo leyó, lo leyó, la gaviota te leyó.

Sostiene Jiménez que las costumbres humanas han contaminado la dieta de algunos animales. Los pocos que leemos a Manuel, no volveremos a disfrutar tranquilos de una mariscada en la playa, pues nos acabamos de enterar que los cangrejos se alimentan de los surullos abandonados por turistas mierderos.

Sostiene Jiménez que las mariposas salen todos los días bien vestidas, pero no habla nada de los mariposos tuneados que se pavonean por las playas llenos de Orgullo.


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viernes, 20 de agosto de 2010

B ALADA DEL BORRACHO


LEON DE GREIFF.

BALADA DEL DISPARATORIO BÁQUICO, IMPREGNADA DE MULTIPLES ROMANTICISMOS. DICELA “EL EBRIO”

Aquesto dixo “El Ebrio”, una vegada.

Aquesto dixo con su voz cansada.

Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non sé nada.

“Bebamos en las cráteras de oro

que laboró el cincel benvenutino,

champagne bullente y bullicioso vino

Bebamos en las ánforas de barro

doria hidromiel; y en el panzudo jarro

blonda cerveza, y en las cristalinas

frágiles copas el anís sonoro

Así como las finas

mixturas sibilinas.

Porque es dulce olvidar

Bebamos en las cráteras de oro

El liquido tesoro

Que enloquece las mentes

Y elide los deseos,

Y que sume los sueños impotentes

En helados Leteos.

Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido

quedar merece en el cerebro? Nada!

Porque es dulce olvidar…

Es preciso beber la sangre cálida

De los magos elíxires!

Complicados brebajes, quinta-esencia,

Sudor de las retortas y alambiques;

Todos los filtros químicos y alquímicos;

El dictamo, el nepentes,

Súmanme en la demencia!

En el absintio quiero que se esconda

--tras de sus de sirena glaucos ojos—

mi espíritu arbitrario,

mi corazon, y toda la amargura

de abolidos despojos!

Es preciso beber la sangre cálida.

Sangre morena

o sangre blonda!

En el absintio quiero que se esconda

--tras de sus de sirena glaucos ojos—

Mi corazón y toda la amargura!

La azul locura pálida.

soberana locura,

se asile en mi cerebro solitario!

Bebamos en las cráteras de oro

Todo el licor que corre por la vena

De la pródiga uva;

Y hagamos la serena

--la serena o la loca—

vida del que en si propio no se toca

y que en nada se halla…

Búdico ser en éxtasis ,

Jaiyám bajo los astros,

Edgar en la taberna,

Diógenes en su cuba…

Desdeñosos e impávidos,

Sonrientes,

Mirando la batalla sempiterna,

Mirando la batalla de apetitos,

La gresca y el estridir de dientes

Y el vulgar forcejeo

Para ascender, para medrar, para vivir…

Bruña el trágico véspero

con sus hórridas lumbres

incendiarias;

Dore el amanecer con vagas lumbres

o aljofáre la luna

del bebedor la cabellera bruna

o la blonda o la endrina cabellera

nimbada de doliente claridad,

y bebamos el vino,

y bebamos el vino,

y bebamos el vino”

Aquesto dixo el Ebrio una vegada

Aquesto dixo con su voz cansada

Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada

1914-1923

LAS GALERIAS DE MANIZALES


Al frente del Sótano, el lugar de mayor arrebato comercial y humano, queda la Escuela Jorge Robledo. Bajo la custodia temeraria del primo de quinto, ahí estudié el primero de primaria en 1962. Desde eso hace que las conozco.

Nunca antes un sitio me había provocado un corte tan abrupto en la percepción y asimilación de las sensaciones y de los sentimientos. Los meados y el cagajón de los caballos de las carretillas que se parqueaban alrededor, combatían su preponderancia con los irresistibles halagos del chocolate que como un mar de nieblas descendía de las chimeneas de la fábrica y se derramaba por el patio de recreo o se colaba en los salones afantasmando la realidad o borronando las manos, las miradas, los contornos. Eso, y las letanías sin cesar de maledicencias, insultos ocurrentes, apodos maliciosos, reyertas encendidas o groseras imprecaciones revueltas entre silbidos, gritos, lamentos, voceos, pitos, ladridos o relinchos, todo eso, le dio la vuelta a mi alma pueblerina, le despintó su inocencia y la alertó sobre la urgencia de cogerle el tono a la ciudad si no quería naufragar en sus tenebrosos encantamientos.

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jueves, 12 de agosto de 2010

ARENALES





ARENALES

POR LEON DARIO GIL


Conocer las normas o claves que mueven las zonas de tolerancia es asunto de experiencia. Tres o cuatro veces, trampeando mi edad, por pura curiosidad había incursionado en sus predios: solo. Iba a mirar. Las conocía más de oídas. Casas, mujeres, procederes, precios, música, comodidades, atenciones, todo, o casi todo, me lo habían contado. Para ir, estaba acumulando arrestos y dinero.

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martes, 10 de agosto de 2010

UNA PREGUNTA PARA EL HERMANO ANDRES





La playa estaba llena de turistas, dice el Hermano Andrés en su crónica del Patía, y aunque estaban lejos de mi vista, me di cuenta que eran turistas nudistas, por los binóculos, que me dejaron ver, que sin ningún recato, ni disimulo, los turistas estaban tirando en la playa… latas de cerveza, paquetes de papitas, botellas de plástico y toda la basura que traían de la ciudad.
En las fotos del Hermano Andrés, las turistas nudistas no se ven. Pero se ven unas palmeras que han madrugado a coger los mejores puestos en la playa, y como el viento les levanta las faldas, cualquiera les puede ver los cocos.
El Hermano Andrés, llegó a la desembocadura del Patía a las siete de la mañana, cuando los cangrejos estaban desayunando sobre la playa. Dice que los cangrejos son tenaces con sus tenazas, los únicos animales que comen con cubiertos. Que lo vieron llegar de lejos, pues tienen los ojos bien abiertos encima de la cabeza, y se escaparon a sus huecos, caminando como bailarinas de ballet. El Hermano curioso se acercó a mirar aquello que comían y eran unos roscones que habían dejado, desde la noche anterior, los turistas en cuclillas. De eso no quiso poner fotos.
La playa estaba untada de anoche, continúa la crónica que se puede ver en internet, estaba mojada, porque el mar había pasado la noche con ella. Dizque empezó besándole los pies, con ese ir y venir tan seductor y ese jadeo, hasta que se le echó encima y la dejó llena de espuma. Cuando el Hermano Andrés llegó a la playa, ya le había bajado la marea. El mar se madrugó a buscar sardinas, viejo verde, pero dejó tan húmeda la arena, que el Hermano se hundía, dejando las huellas profundas de sus pies, número cuarenta y tres.
Hay también un video, donde se ven los delfines cabalgando las olas como surfistas y los pelícanos, por el contrario, flotando muy serenos, pues tienen el sustento asegurado; les basta meter su cucharón al agua, como si el mar fuera una sopa de pescado. Se ven pargos, meros, róbalos y carpas… ¿Para qué carpas debajo del agua? Se ven dos tiburoncitos chiquitos con su mamá, y ella bregando a que se coman toda la marsopa. En el mar también hay ecología, dice el Hermano, La anguila eléctrica, por ejemplo, se desconecta de día, para ahorrar energía. Y el último que se acuesta apaga las focas.
Las famosas ballenas asesinas, son un mito, aclara el Hermano, la ballena es pacífica, amorosa con sus crías y canta bajo el agua, porque tiene oído musical. Ella sólo asesina, cuando algún hombre engreído, Diomedes Díaz por ejemplo, intenta tocarle uno de sus ballenatos.


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